A veces pasa. No es algo que se pueda evitar, veo mi reflejo en alguna ventana o un auto que pasa. Cuando estoy distraido, sin pensar en nada específico. En las noches, antes de dormir. Algunos días cuando tengo ganas de gritar. Cuando me encuentro con alguien que no veía hace mucho tiempo. Cuando escucho canciones tristes. Cuando te quedas con los ojos cerrados después de besarme.
Me veo.
Me quedo mirando.
Y no soy yo.
Soy otro.
Foto: Tim Toole